El ascenso de la ultraderecha y del fascismo es una amenaza global contra la clase trabajadora y la juventud. Desde Trump a Milei, pasando por Le Pen, Abascal y Netanyahu, las fuerzas de la ultraderecha supremacista, racista y sionista han demostrado lo que son capaces de hacer.

Los ataques salvajes a los derechos democráticos, a las mujeres, a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, a sindicalistas y militantes de la izquierda combativa es el pilar de su estrategia política.

Pero los fascistas no están solos. Los grandes poderes imperialistas y el capital internacional los alientan y otorgan una completa impunidad. El brutal genocidio del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania a manos del Gobierno israelí lo demuestra.

Por eso comprender qué es el fascismo y cómo combatirlo es más necesario que nunca. Levantar una gran movimiento de la clase obrera y de la juventud en barrios, centros de estudio y trabajo, en todos los ámbitos de la vida cotidiana, para desenmascarar su demagogia xenófoba, machista y capitalista es la tarea más importante. Al fin y al cabo el fascismo es la salida que la burguesía tiene para preservar sus privilegios y beneficios en un momento de crisis descontrolada de su sistema.

Pero la extrema derecha también avanza por los graves errores de esa izquierda institucional adaptada al sistema y que es portavoz de la paz social, de la OTAN y del imperialismo occidental. Una izquierda que con sus políticas de concesiones permanentes a la banca, a los especuladores inmobiliarios, a la policía y los tribunales llenos de fascistas y franquistas, no hace más que llenar los bolsillos de los capitalistas y envalentonar a la reacción.

Está izquierda que no ha derogado la ley Mordaza, que protege a Desokupa, que permite que se encarcele a los jóvenes antifascistas de Zaragoza o a raperos por cantar las verdades de una monarquía corrupta, no sirve para luchar contra el fascismo.

Es hora de decir la verdad. Al fascismo no se le vencerá con cordones sanitarios en el parlamento, ni con buenas palabras, ni apelando a la democracia de los ricos. A los fascistas se les derrotará con la lucha de clases y un programa revolucionario.

Únete a los comunistas de Izquierda Revolucionaria y del Sindicato de Estudiantes para combatir al fascismo. Participa en nuestro acto y construye comités antifascistas. No hay tiempo que perder.